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¿Qué es el INREDH?

Por luxor2608

El 28 de septiembre de 1993 se inscribe INREDH como una organización jurídica. Desde entonces han pasado 30 años y más de seis generaciones de jóvenes profesionales que han dejado una huella que no puede ser borrada. Cada generación ha llevado casos de suma importancia para la construcción de una cultura de respeto a los derechos humanos, de los pueblos y la naturaleza. Cada generación abrió un camino y permitió que INREDH siga vivo, joven e innovándose permanentemente.

 

1993 1993
1993-1995 1993-1995
1999-2007 1999-2007

1993

El 28 de septiembre de 1993, INREDH nace como un organismo de derechos humanos, no gubernamental, no partidista, que realiza un trabajo profesional técnico e integral, entendido como la articulación de lo preventivo y de atención, de las diferentes generaciones de derechos humanos, y entre teoría y práctica, para lograr cambios y aportar en una construcción de una cultura de respeto a los derechos humanos.

1993-1995

La primera generación de INREDH tuvo como escenario el caso Putumayo, un complejo caso de tortura militar y policial en contra de 11 campesinos de la frontera norte. Este caso nos brindó la posibilidad de construir una metodología de trabajo para enfrentar casos de graves violaciones a los derechos humanos. Ahora la denominamos “litigio estratégico” y comprende acciones jurídicas que van a la par con acciones de comunicación, fortalecimiento organizativo, seguimiento psico-social, solidaridad internacional y movilización social. El caso Putumayo nos involucró también con la realidad penitenciaria y la sistematización permanente.

1999-2007

No Bases fue la mayor coalición de organizaciones sociales urbanas y campesinas, ONG, comunidades de base católicas y protestantes, estudiantes, pescadores y otros colectivos, lo que finalmente condujo a la creación de la “Red Internacional contra las bases militares extranjeras” conocida más como Movimiento Internacional No Bases.

La segunda generación debió enfrentarse a violaciones a los derechos humanos derivadas de la militarización de la frontera norte, el conflicto colombiano y el acantonamiento de tropas militares estadounidenses en la Base de Manta, el desplazamiento y refugio.

No Bases fue la mayor coalición de organizaciones sociales urbanas y campesinas, ONGs, comunidades de base católicas y protestantes, estudiantes, pescadores y otros colectivos, lo que finalmente condujo a la creación de la “Red Internacional contra las bases militares extranjeras” conocida más como Movimiento Internacional No Bases.

El caso Putumayo posicionó a INREDH en el ámbito nacional y regional; pero su posicionamiento internacional se fortaleció al hacerse cargo, junto con las organizaciones colombianas y ecuatorianas pertenecientes a la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) del XXXV Congreso Mundial de la FIDH, con más 300 defensores de derechos humanos de 117 países, incluyendo la Premio Nobel de Paz, Shirin Ebadi, realizado del 2 al 4 de marzo de 2004.

Luego, en marzo de 2007, el ser anfitrión en la creación del Movimiento mundial No Bases puso a INREDH en la esfera de las grandes organizaciones internacionales que trabajan por los derechos humanos, la paz y la desmilitarización.

La tercera generación enfrentó la criminalización de los defensores y defensoras, la defensa legal ante el Estado y las corporaciones que abrían juicios para bloquear el trabajo de quienes se oponían a proyectos extractivos que atentaban contra los derechos de las comunidades y los pueblos. Nació el Programa Defensores, constituyéndose en un pilar de INREDH y un lazo permanente con las organizaciones sociales de base.

Se consolidó la identidad de INREDH: ser una organización que brinda asistencia jurídica y ser una organización defensora de defensores y defensoras de derechos humanos, de los pueblos y la naturaleza.

Y llegamos a la cuarta generación de INREDH que involucra la defensa de los derechos de los pueblos indígenas a la protección de defensores y defensoras. INREDH asume casos de protección de los territorios indígenas y campesinos, se involucra con la defensa de los derechos de la naturaleza y justicia ambiental. Asume el acompañamiento técnico a las organizaciones de base como otro de los ejes fundamentales de su trabajo.

Una cosa lleva a otra y el trabajo con pueblos indígenas nos llevó a la justicia indígena, a la investigación de los sistemas de justicia indígena y a su consolidación. La defensa ante la criminalización de la justicia indígena se convirtió en otra tarea urgente. Comprender la justicia indígena es un reto incluso para militantes de derechos humanos.

La quinta generación de INREDH asumió el trabajo en justicia indígena y así mostramos que INREDH no huye de temas polémicos y busca que el enfoque de derechos esté presente en cada una de las acciones sociales.

Con la sexta generación inauguramos el evento que conmemoró los 25 años de INREDH. La sexta generación de INREDH estuvo marcada por casos de desaparición, especialmente los casos de mujeres desaparecidas. Como sexta generación de INREDH asumimos el compromiso de mantener cada uno de los preceptos con los que se formó el INREDH; hacemos nuestra la fuerza y coraje de Gina Benavides, la visión de futuro de María Elena Sandoval, el pragmatismo de Gonzalo Aguirre y cada uno de los debates que involucraron la construcción de este sueño llamado INREDH. Somos la generación a la que se le exigirá mucho, pues INREDH ahora es grande y tenemos la obligación de mantenerlo así, para ello tendremos la asistencia de quienes ya pasaron por estas filas y cuyo trabajo ha llevado al INREDH al sitial en el que está. Las generaciones en INREDH han trabajo en un sistema de posta que ha permitido el crecimiento mutuo, como organización y como profesionales.