Nacido el 5 de diciembre de 1957, con 60 años de edad aún tiene la fuerza y la entereza para ser el conductor de los equipos de comunicación de Diario El Comercio. Los lleva a donde tenga que llevarlos.
Efraín Segarra nació en la ciudad de Pasaje, provincia de El Oro, pero quien lo conoce apuesta a que es quiteño de cepa, y sus señas le dan la razón pues desde que tenía 5 años llegó a la capital. Y en esa ciudad se quedó, se enamoró, tuvo dos hijos y forjó una carrera como conductor profesional.
Es animalista, tiene la capacidad de hacerse amigo de cualquier animal que encuentre en la calle, aunque sea el perro más bravo. Es fotógrafo por afición e hincha del Deportivo Quito.
Muy joven ingresó al Ministerio de Agricultura como asistente de oficina, pero los motores le llamaban más la atención y al graduarse como chofer profesional optó por poner sus manos al volante en esa misma institución durante 10 años.
Luego, su carácter aventurero le llevó a probar en una institución financiera. En el Banco del Pacífico, lugar en el que pasó 7 años, condujo toda la variedad de autos: motos, automóviles, camionetas y hasta blindados.
Pero él no es un hombre de un solo lugar, cuando lo llamaron a vincularse al Centro Comercial El Recreo, no dudo en cambiar el mundo de las finanzas por el paseo comercial. Allí pasó 3 años.
Un nuevo trabajo – y esta vez definitivo- tocó a su vida y desde hace unos 16 años es parte de la planta de conductores de Diario El Comercio. Ahí está disponible siempre que “el deber llama” como él mismo dice cuando una llamada ingresa a su celular, dispositivo electrónico en el que atesora su gran colección de “selfies” en todas las ciudades que visita por su trabajo.
Y nuevamente, la curiosidad innata de Efraín ha hecho de él un reportero, un fotógrafo, un asistente de locación, es que casi dos décadas en el mundo de la prensa le han contagiado el amor al oficio.
De vuelta a casa Efraín cuelga las llaves y alimenta a sus dos gatos y a su perro, animales rescatados y adoptados que van creciendo en número conforme se cruzan por su camino. De entre su amplia colección de camisetas del equipo de sus amores escoge una y se dirige hacia el estadio.
A Segarrita lo esperan todos en Diario El Comercio, esperan su amabilidad y siempre su buena disposición; esperan su espíritu aventurero y sus ganas de emprender por cualquier carretera buscando una nueva crónica, una nueva realidad
Artículos relacionados:
Fotoperiodistas secuestrado es Paúl Rivas
Juan Javier Ortega: sensible ante el dolor humano