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- Consideramos que la requisición de la Casa de la Cultura para operaciones logísticas de la Policía Nacional carece de toda legitimidad y necesidad para realizar los “servicios que garanticen los derechos de las personas y el orden y la seguridad interna”, como se establece en el Decreto 455. Esta pretensión solo muestra una acción de abuso de poder estatal para desmovilizar las acciones de protesta que se encamina a Quito.
- En octubre del 2019, la Casa de la Cultura, al igual que otras instituciones académicas y de organizaciones de la sociedad civil, se constituyeron como espacios de paz y acogida para las comunidades indígenas que llegaron a Quito, por lo que consideramos que la presente requisición se da para impedir la ayuda humanitaria y la consolidación de un espacio de paz para la protesta social, garantizada por la norma suprema.
- La cultura, históricamente, ha sido un espacio de resistencia frente a los poderes fácticos y políticos, por lo que no es sorpresa que la infraestructura de la Casa de la Cultura haya cobijado a la protesta social, brindando un mínimo de dignidad a las personas manifestantes para su descanso y alimentación. Esto no es delito.
- Provocar, intimidar y confrontar es la característica de gobiernos autoritarios que no respetan los derechos humanos y de los pueblos, garantizados en la Constitución y en Instrumentos Internacionales suscritos por el Estado ecuatoriano. Las posibles víctimas de acciones de violencia estatal serán responsabilidad de la cúpula gubernamental y se verán enfrentados a la justicia internacional.
- Volvemos a insistir en la necesidad de un diálogo político, partiendo del reconocimiento de la legitimidad de las demandas del movimiento indígena y demás movimientos sociales, quienes son actores políticos con iguales derechos que otros sectores sociales y económicos vinculados al gobierno. La declaratoria del estado de excepción aleja las posibilidades de diálogo y cercar a instituciones de la sociedad civil no reduce la tensión social expresada en las calles del país, al contrario, aviva la confrontación.
CONSEJO DIRECTIVO DE INREDH