Por Emilia Palacios*
Stephany Carolina Garzón Ardila no ha regresado a su hogar desde el 28 de abril del 2012. Esta joven bogotana militante, interesada en el arte, la comunicación y las luchas sociales fue desaparecida hace más de 9 años en el barrio de Paluco, al norte de Quito, en Ecuador.
A Carolina le gustaba las artes plásticas. Interesada en la fotografía y el teatro, fue adquiriendo también un gusto por viajar. Carolina conocía ya varios países latinoamericanos para sus 22 años, pero de todos, su favorito era Ecuador. Para el 2012, Carolina decidió visitar el país por cuarta vez por tres meses. Su plan era dirigirse después a Brasil, y terminar su trayecto regresando a Bogotá, para poder terminar sus estudios en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Walter y Alix, padres de Carolina, tuvieron que enterarse de la desaparición de su hija el 01 de mayo, tres días después. “Esa noche no pude dormir” relata Alix, puesta una camiseta roja con la foto de su hija. Según los testimonios de sus compañeros de cuarto, la última vez que vieron a Carolina fue cuando ingresó al baño para ducharse. Al entender la gravedad de la situación, Walter y Flor, tía de Carolina, decidieron viajar a Quito para buscar respuestas, que el Estado no ha podido brindar hasta el día de hoy.
Para el año 2020, ocho fiscales habían pasado por el caso de Carolina, ninguno, sin realizar alguna acción eficaz para otorgar respuestas a los familiares. Los cambios en investigadores y traslados de expedientes a otras instancias retrasaron el proceso de búsqueda de Carolina. Según la versión brindada en entrevistas fiscal encargada del caso en el momento, Elva Yolanda Garzón, presume que la joven se ahogó en el río Machángara, mientras se encontraba en las orillas. Pese a estas conclusiones, el gobierno y las instituciones competentes no han entregado el cuerpo de Carolina.
Este 28 de abril, se cumplieron 3287 días sin respuestas. Sus padres dividieron su vida entre los dos países para poder tomar la batuta en la búsqueda de su hija y exigir a ambos estados respuestas en plantones y marchas, pegando afiches de su hija, preguntando a los transeúntes si tal vez recuerdan a la joven de la fotografía. Esa fotografía de Carolina, sigue latente en pancartas y banderas de la asociación que Walter Garzón creó al conocer a más personas que buscaban a sus familiares en el país. Al escuchar sus historias y compartir su dolor, Walter logró conformar en conjunto con ellos un legado para la sociedad: La Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador. Para el 12 de septiembre de 2016, Walter murió en Bogotá luego de un grave deterioro de su salud. Walter murió sin encontrar a su hija.
Su madre Alix, residente en Bogotá, sigue exigiendo celeridad en el caso, para poder regresar a Carolina a su hogar, quien cumplió 31 años el 02 de abril.
“Mi vida eres la fuerza que me impulsa a seguir adelante a luchar para alcanzar mi mayor anhelo, siempre, siempre te buscaré, te esperaré; pero sí un día regresas y ya no estoy, quiero que sepas que tu mamá siempre te buscó y reclamó. Exigió, gritó tu nombre, cruzó fronteras, te extrañó; que tus cumpleaños, mi cumpleaños, las navidades, los fines de año, los paseos con la familia, no eran lo mismo en mí. No existía la felicidad completa, en todos los momentos de mi vida existió el vacío de tu ausencia.”
- Palabras de Alix Ardila, madre de Carolina