Alianza Contra las Prisiones expresa su preocupación profunda ante las medidas de seguridad que ha debido tomar la periodista Karol Noroña para proteger su vida tras las amenazas que recibió por su trabajo. Reconocemos el trabajo de Karol en la denuncia de la corrupción que atraviesa al sistema penitenciario; el desenmascaramiento de las serias vulneraciones de la dignidad humana que se producen dentro de las prisiones; la creación de una narrativa humanizante y solidaria con las familias de las víctimas que el Estado deja morir en las masacres carcelarias; la producción de materiales con los que muchas redes trabajamos para actuar contra la opresión en las cárceles y contrarrestar la narrativa opaca, punitivista y criminalizante del Estado que, junto con los medios de comunicación comerciales, nos oculta la realidad de las crisis penitenciarias y sus causas.
Karol, te expresamos toda nuestra solidaridad y nuestro afecto. A ti y a tu familia, nuestros deseos de que tu salida forzosa del país resguarde tu vida y tu integridad.
Aunque nos alivia saber que Karol está a salvo, nos alarma que medidas emergentes y excepcionales hayan sido necesarias para protegerla. Denunciamos enérgicamente el rol del Estado en la dilución progresiva de la libertad de prensa en el Ecuador, generando territorios silenciados.
Exigimos que el gobierno despliegue medidas materiales efectivas para asegurar la integridad y el derecho al trabajo del periodismo crítico, so pena de consolidarse como un régimen autoritario. Resulta irónico que una de las principales cartas de presentación del actual régimen haya sido el levantamiento de la “mordaza” de los medios de comunicación, mientras hoy el periodismo enfrenta atentados y amenazas de muerte constantes.
En medio de la creciente violencia en el país, tememos también por la integridad de activistas y defensorxs de DDHH y de la naturaleza, líderes y lideresas, organizadorxs comunitarixs, personas que ejercen su derecho a la protesta, artistas, disidentes y, más ampliamente, de las personas que levantamos una voz crítica.
Estamos con Karol, y con el derecho a narrar este país para luchar contra la violencia.