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Bombardeo en Angostura: un caso sin resolver

Por Super User
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Comunicación INREDH

01/03/2016

Bombardeo en Angostura: un caso sin resolver

Captura de video la Señal de Manabí 

 

Un día como hoy, 1 de marzo, Ecuador amaneció con la noticia de que el Ejército colombiano bombardeó un campamento temporal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) localizado en el territorio ecuatoriano, sector Angostura, cantón Putumayo, provincia Sucumbíos.

 

Diez bombas racimo GBU-12-Paveway, de 500 libras, fueron lanzadas, aquel 1 de marzo de 2008, desde aviones de las fuerzas colombianas, con cooperación de EE.UU., devastando el campamento donde un grupo de estudiantes y guerrilleros pernoctaban.

 

De este hecho, 25 personas fallecieron entre ellos Édgar Devia alias ‘Raúl Reyes’, segundo comandante de las FARC; Franklin Aisalla, ciudadano ecuatoriano; Soren Ulises Avilés Ángeles, Fernando Franco Delgado, Juan González del Castillo y Verónica Natalia Velásquez Ramírez. Los cuatro últimos estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) quienes se encontraban en lugar de los hechos por asuntos académicos, pues sus temas de tesis era los grupos sociales, insurgentes, entre otros.

 

También producto del bombardeo, 18 personas, presuntamente del anillo de seguridad de ‘Raúl Reyes’, fallecieron. Sus cuerpos fueron identificados como NN y enterrados en una fosa común en Quito. Del bombardeo quedaron tres sobrevivientes: Doris Torres, de 21 años, y Martha Pérez, de 24 años. Ambas de nacionalidad colombiana, y Lucía Morett, mexicana y estudiante de la UNAM.

 

Actualmente la joven mexicana enfrenta procesos legales en Ecuador, Colombia y México debido a que la acusan de ser terrorista.

 

Hoy se cumple 8 años de aquel bombardeo y hasta la fecha el Estado colombiano, mexicano y ecuatoriano no han garantizado el derecho a la justicia para los familiares de los cincos estudiantes mexicanos.

Aquel 1 de marzo el Ejército colombiano bombardeó por dos ocasiones al campamento de las FARC, aproximadamente las 00 y 25 minutos y a las 03:30, en el sector de Angostura, a tres kilómetros de la frontera con Colombia.

 

“… como a las 00:00 horas, me despertó el enorme ruido de las bombas…de inmediato sentí que caían muchas cosas a mi lado. Junto a todo esto, se escuchaban los aviones desde donde nos arrojaban las bombas con toda la intención de matarnos. De inmediato, me sentí heridas en las piernas y el glúteo derecho. Como a las 3.00 a.m. hubo otro bombardeo. Yo solo decía: Más bombas, no por favor. Así sobreviví con el miedo más fuerte que he tenido en mi vida…”, dijo Lucía Morett[1] .

 

Tras los bombardeos, los efectivos del Ejército colombiano bajaron a tierra para “rematar y ejecutar a los guerrilleros sobrevivientes que se habían rendido”, relató Morett. La joven de 26 años, en ese tiempo, vio como disparaban a la gente que esta herida. “Gente que gritaba, que pedía ayuda, que se quejaba que estaba herida, y (otro) que decía que les dieran bala, que les matarán…Puede ver muchos cuerpos destrozados con señales de disparos en la espalda, mujeres en ropa interior; hombres también y soldados quitándoles sus pertenencias. Quitaron y pusieron ropa a su antojo, registraron el campamento, cambiaron cosas del lugar…”.

Rafael Correa, presidente del Ecuador, coincidió con el testimonio de Morett y calificó este operativo como una masacre y dijo: “que los aviones colombianos ingresaron al menos 10 kilómetros a territorio ecuatoriano. Luego llegaron tropas en helicópteros que culminaron la matanza, incluso se hallaron cadáveres con tiros en la espalda”[2] .

 

El bombardeo denominado “Operación Fenix” ejecutado por el Ejército colombiano amando del presidente Álvaro Uribe y con apoyo de Estados Unidos generó problemas diplomáticos entre Ecuador y Colombia por que se violentó el derecho a la soberanía del territorio ecuatoriano.

 

Dos días después del bombardeo, 3 de marzo de 2008, el Estado ecuatoriano rompió las relaciones diplomáticas con el país vecino. Este quebrantamiento se mantuvo hasta el 26 de noviembre del 2010.

En la Cumbre del Grupo de Río, el 7 de marzo del 2008, el ataque fue condenado y Uribe ofreció disculpas a Rafael Correa sin solucionar el problema, puesto que autoridades de Bogotá intentaron vincular a colaboradores del Gobierno ecuatoriano con la guerrilla.

 

Al cumplirse un año del bombardeo, el presidente Correa condicionó la normalización de las relaciones comerciales y diplomáticas con Colombia señalando cinco demandas[3] .

 

  1. El control de la frontera común por parte del gobierno colombiano.
  2. Indemnización por el ataque del 1 de marzo de 2008.
  3. Ayuda económica para Ecuador con mediación de las Naciones Unidas para la atención de los miles de refugiados colombianos en territorio ecuatoriano.
  4. La entrega de información sobre el bombardeo al campamento de la FARC en Sucumbíos. (Ecuador tiene la certeza que en el bombardeo participaron fuerzas militares de Estados Unidos).
  5. Que Bogotá ponga fin a las denuncias de las supuestas vinculaciones de Ecuador con las FARC.

De las cinco peticiones, el gobierno colombiano solo aceptó la primera.

 

Dos años y nueves meses después, los nexos bilaterales se restablecieron con el arribo de Juan Manuel Santos a la Presidencia. Al momento, del bombardeo Santo era ministro de Defensa.

 

 La justicia no ha llegado

 

El 02 de marzo de 2008 se inició la investigación penal por los hechos ocurridos en Angostura. En un primer momento, se llegó a formular cargos en contra de Freddy José Padilla de León, Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, Mario Montoya Uribe, Guillermo Enrique Barrera Hurtado, Jorge Ballesteros, Camilo Ernesto Alvarez Ochoa y Juan Manuel Santos Calderón por el delito de “asesinato”, aunque Inredh ha insistido dentro del proceso que se trata de un crimen de lesa humanidad condenado por tratados internacionales y contemplado en la legislación ecuatoriana.

 

El 21 de marzo de 2011, se formuló el Auto de Llamamiento a juicio en contra de Freddy José Padilla de León, Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, Mario Montoya Uribe, Guillermo Enrique Barrera Hurtado, Jorge Ballesteros, como autores intelectuales, y a Camilo Ernesto Álvarez Ochoa como autor material del delito de asesinato. Todos miembros del Ejército colombiano que participaron en la Operación Fenix. 

 

Por otra parte, Fiscalía se abstuvo de acusar a Juan Manuel Santos Calderón argumentando que goza de inmunidad jurisdiccional de acuerdo a los diferentes convenios internacionales por los cuales los Jefes de Estado no pueden ser juzgados por otros Estados, enfatizando que es por esta razón que se abstiene de acusar y no por falta de elementos de cargo.

 

Pese a estar llamados a juicio desde el 2011 y señalado fecha para la audiencia de juzgamiento, el juicio se ha paralizado a partir de 2011 por la falta de comparecencia de los acusados a juicio. Esto pese a que se ordenó la extradición de los mismos.

 

Hasta el momento, no se evidencian esfuerzos categóricos por parte de la Justicia para hacer efectiva esta orden. Esto se evidencia claramente en la impunidad en la que se mantiene el caso.

 

Ante la laxa atención que ha puesto el Estado Ecuatoriano, se ha elaborado y presentado una petición ante la Comisión Interamericana (CIDH) en base al artículo 31 del Reglamento de la CIDH por el cual se justificó que la petición se presentará sin agotar todos los recursos internos por cuanto se había demostrado que aquellos solo llevaban a dilatar más la sentencia.

 

¿Quiénes son los estudiantes?

Foto: Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos  

Juan González del Castillo. Nació el 16 de abril de 1979 en la ciudad de México. Desde muy pequeño aprendió a leer y a escribir. Juan era serio y muy juguetón, reservado e independiente. Tenía un gusto por el cine, la música y la lectura le formaron un carácter crítico y humanista. Juan también participaba en círculos de estudios en los que se hablaba y discutía de los problemas sociales y políticos del México y el mundo. Fue estudiante de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

 

Verónica Natalia Velázquez Ramírez (30 años). Nació el 4 de septiembre de 1977, Ecatepec/ México. De carácter noble, sencilla y alegre. Desde pequeña mostró inquietud por ayudar a las personas. Le gustaban las fiestas, el teatro, el cine y otros eventos culturales.

 

Al ingresar a la universidad logró estar cerca de su pasión: los pueblos latinoamericanos. Mostrando su gran preocupación por los problemas latinoamericanos en los movimientos populares. Para hacer su tesis de licenciatura quería investigar el papel de la mujer en las luchas sociales. Al igual que Juan también era cursante de la carrera de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

 

Fernando Franco DelgadoNació el 20 de diciembre de 1979, siempre se destacó como un excelente estudiante. Realizó sus estudios de educación en el Instituto Politécnico Nacional y posteriormente fue becado para estudiar la carrera de Derecho, sin embargo, dejo esta carrera para estudiar Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Además le gustaba la fotografía y era apasionado por la literatura.

 

Soren Ulises Avilés Ángeles (29 años). Nació el 19 de septiembre de 1978. Soren y sus hermanos estudiaron en la Escuela Secundaria República de Colombia. Además, el joven  era apasionado por la lectura, la poesía, la fotografía y el aspecto social y político, siempre tratando de actuar, más que de analizar. En sus expectativas de vida planeaba terminar su maestría, seguir con otros estudios, tener su negocio propio y formar una familia.

 

Lucía Andrea Morett Álvarez, sobreviviente del ataque del 1 de marzo de 2008. (26 años). Es una destacada estudiante que concluyó los créditos de la carrera de Literatura Dramática y Teatro. En el 2010 realizó su examen profesional obteniendo el grado de Licenciada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución donde participa en la Cátedra de Estudios Bolivarianos. Se caracteriza por ser inquieta, solidaria y por realizar diversas actividades sociales, académicas, políticas, humanitarias y culturales.

 

“El dolor lo convertiremos en lucha”

 

Tras el bombardeo que terminó con la vida de sus cuatro hijos e inició la persecución contra Morett, las cinco familias se organizan en la Asociación de Padres y Familiares de las Víctimas de Sucumbíos para exigir justicia para sus hijos. Cada mes realizan un plantón en los exteriores de la embajada de Colombia, en México.

 

“Exigimos justicia para nuestros hijos – dice Rita del Castillo, madre de Juan González-. El dolor lo convertiremos en lucha para esclarecer los hechos y porque se lleve la justicia a los criminales que mataron a nuestros hijos”.

 

Hoy se realizará un acto de protesta frente al Consulado de Colombia en México (Paseo de la Reforma No. 379, cerca del Ángel de la Independencia), a las 16:30. Además se efectuará una misa en memoria de las víctimas del bombardeo en Angostura, en la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José Villalongin No. 36 Col. Cuauhtémoc, en la ciudad de México. (A un costado del Registro Público de la propiedad y detrás del Monumento a la Madre).

 


                     Bautista Refugio, GONZÁLEZ Álvaro, ANAYA Marco, GONZÁLEZ Marcelo y GUZMÁN Óscar. Sucumbíos: historia de una infamia. INGRAMEX S.A. de C.V. México D.F. Diciembre 2011. Pág 38

                     DÍAZ Salvador. De luto visten los héroes. [Citado en línea el 29 de febrero de 2016] Disponible en:  http://bit.ly/1QodVaP

                     Bautista Refugio, GONZÁLEZ Álvaro, ANAYA Marco, GONZÁLEZ Marcelo y GUZMÁN Óscar. Sucumbíos: historia de una infamia. INGRAMEX S.A. de C.V. México D.F. Diciembre 2011. Pág 63

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