Comunicación INREDH |
11/07/2016 |
`Cuando se impone un modelo extractivista no se respeta los derechos humanos` |
Berta Cáceres defendía los ríos de las hidroélectricas en Honduras.Fue presidenta del Consejo Cívico de
Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Foto: Liberación México
El 3 marzo de 2016, su vida cambió. Su madre Berta Isabel Cáceres Flores, defensora de derechos humanos, ambientalista y líder indígena, fue asesinada la madrugada del 3 de marzo en su casa, ubicada en La Esperanza, al sur-occidente de la República de Honduras, así lo relata Olivia Marcela Zúñiga Cáceres, hija primogénita de la líder indígena, que arribó a la ciudad de Quito, la segunda semana de junio de 2016, para participar en el primer Congreso de Derechos Humanos en Ecuador.
Desde el asesinato de su madre, Olivia no descansa. Viaja a todo lugar que puede, ya sea en giras nacionales o internacionales. Su objetivo: incidir en las instancias que toman decisiones y exigir justicia no solo para Berta sino para todos los defensores que han dado su vida por la madre tierra y por los derechos humanos en Honduras, asegura.
Según el “Informe de la situación de derechos humanos en Honduras”, presentado en febrero de 2016 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en este país se han registrado 22 asesinatos a defensoras y defensores; 2 desapariciones; 15 secuestros; 88 casos de robos de información, y 53 sabotajes a los vehículos donde se transportaban.
Para la CIDH, las defensoras y defensores de derechos humanos en Honduras son blancos de ataques y corren riesgo de perder la vida o padecer un daño a la integridad.
Olivia Zúñiga en la Universidad Central del Ecuador en el I Congreso de Derechos Humanos.
Olivia, de 26 años, indígena lenca, pueblo nativo de Honduras; estudiante de Derecho, madre y defensora de derechos humanos, conoce bien esa realidad pues desde niña, gracias a su madre y padre, está vinculada a las luchas sociales en un país donde están activos los escuadrones de la muerte y los paramilitares que amenazan y persiguen a los defensores de derechos humanos.
¿Quién era Berta Cáceres?
Berta era una persona que sabía dar batallas efectivas, tenía una experiencia de lucha acumulada. Una lectura política muy clara, profunda e integral de todas las resistencias en el mundo. Era una persona con una visión amplia que sabía coger todas las luchas, resistencias y rebeldías. Sabía plantearse como antiimperialista como revolucionaria denunciando la injerencia norteamericana en nuestros pueblos, era una revolucionaria y una ambientalista.
¿Qué significa la muerte de Berta?
Perder a una madre es sumamente duro. Nada ni nadie le quita el dolor, quizás lo que uno puede hacer es fortalecerse espiritualmente. Nosotros tenemos una espiritualidad muy fuerte. Ahora nuestra madre, es una ancestra como lo es Margarita Murrilla, Janeth Kawas, Carlos Luna, ancestros que siempre nos acompaña y nos muestran el camino. Eso es lo que nos permite actuar con inteligencia y actuar frente a un enemigo tan perverso como el sistema capitalista que tiene la capacidad destruirnos.
Como movimiento social la muerte de Berta fue un mazazo, un golpe muy grande. Ella logró torcerle el brazo al Banco Mundial y a un monstruo constructor de represas que es Sinohydro, entonces era un mal ejemplo que no debía seguir, por eso la asesinaron. Ella recibió el Premio Goldman 2015, un reconocimiento que se da a quienes luchan por la vida, por eso nadie pensó que iban a asesinarla porque era una persona con un perfil alto internacionalmente y una de las máximas dirigentes del movimiento social en Honduras. El asesinato de ella generó mucho terror en el país porque la gente dice: si asesinaron a Berta ¿qué no nos puede pasar a nosotros?
Sin embargo, las cosas malas tienen cosas positivas y eso me lo enseñó mi mamá. El coletazo más fuerte de ella después de su muerte es que ahora hay un nivel muy elevado de conciencia ecologista con más respeto, armonía y más preocupación sobre lo que sucede con la madre tierra. Hizo que muchos pueblos nos juntáramos y que retomáramos su convicción y su lucha con más fuerza. Berta pasó hacer un símbolo de lucha radicalizada en el continente y en el mundo.
¿Cuál es el estado actual del proceso de investigación?
Hay cuatro personas capturadas por la muerte de mi madre. Les dictaron una sentencia de dos años de prisión, pero todavía falta una audiencia que determine si ellos van a pagar por lo que hicieron. Son los autores materiales pero no los intelectuales. Hemos tenido pequeñas victorias, sin embargo, el Estado nos revictimiza, no tenemos acceso a la información, ha dirigido una guerra mediática de difamación y calumnia en contra de nosotros, pero la solidaridad internacional ha generado resultados positivos porque hay algunas personas capturadas, en un país como Honduras eso no es común.
Creemos que lo mínimo que debe hacer el Estado, tomando en cuenta que está relacionado directamente con el asesinato porque personal activo y en retiro de las Fuerzas del Orden ejecutaron el crimen como autores intelectuales, y porque no tuvo la
voluntad ni la capacidad de garantizar la vida de Berta Cáceres, defensora de derechos humanos que tenía medidas cautelares otorgadas por la CIDH; es hacer justicia y no a medias ni tardías, justicia a medias o tardía no es justicia.
¿Cómo mira el rol de las y los defensores de derechos humanos en el mundo?
Sin defensores de derechos humanos este mundo ya no existiría. Gracias al trabajo que realizan las y los defensores en el mundo es que este puede avanzar e ir deconstruyendo esas formas hegemónicas y construyendo otras alternativas de vida. En Honduras ser defensor significa una sentencia de muerte como defensores de derechos humanos tenemos el derecho a vivir. Ser defensores no debe implicar ser asesinados, criminalizados, perseguidos y encarcelados.
¿Hay garantías en América Latina y el mundo que garanticen el accionar de las y los defensoras?
Se ha dado pasos importantes, pero no es suficiente, porque de nada nos sirve tener leyes para todo. En los países donde más leyes hay, como es Estados Unidos, es donde mayores son los índices de criminalidad. La ideas no es solo construir leyes de protección para defensores de derechos humanos sino construir otro mundo con visiones de otros pueblos y con nuevos valores humanos porque la crisis que vive el mundo es una crisis que es causada por el sistema, porque si no transformamos o creamos nuevas formas de relacionarnos con los seres humanos y la madre tierra nunca vamos a salir de esta situación, porque si seguimos construyendo leyes de nada nos va a servir, pues seguimos estando con un sistema destructor de la vida, un sistema hegemónicos que gira en torno al mundo blanco donde no hay libertad ni tampoco se percibe la diversidad como una riqueza sino como una amenaza que de ser destruido.
Cómo mira usted, la situación de las defensoras y defensores en contexto de modelos extractivistas
En Honduras con el golpe de Estado se consolidó el modelo extractivista. Yo creo que en ningún país donde se imponga este modelo hay respeto a los derechos humanos por el contrario es un factor que incrementa masivamente la violación de derechos, es un factor que determina la supervivencia o la aniquilamiento de pueblos enteros. En un sistema extractivista el genocidio es valedero con tal que haya el desarrollo, desarrollo para quién, porque nuestros pueblos no lo obtienen, lo que tenemos son desapariciones, criminalización, persecución, asesinatos de nuestras formas de vida, de nuestras creencias, de nuestros lugares sagrados, despojo de nuestros tierras. Eso no es desarrollo.
¿Cómo mira la situación de las y los defensores en Ecuador?
Creo que en todos lados, sea un gobierno de izquierda o derecha se está sufriendo el despojo, el saqueo, el exterminio de una manera tan brutal, sin ninguna consideración de sus formas de vidas, de sus creencias. Los Estados se otorgan la potestad de invadir sus tierras bajo cualquier argumento y saquear sus recursos. No debemos ir incluyendo a los pueblos indígenas sino ir transformado las formas de vida de acuerdo a la visión de los pueblos indígenas, es decir, que el Estado debe incorporarse a la visión de los pueblos porque solo mediante esta forma de vida la madre tierra va poder sobrevivir y va poder vivir más tiempo porque al momento vive una acelerada destrucción.
Un mensaje para el pueblo ecuatoriano
Las luchas y las resistencias indígenas son cables en la resistencia que da el pueblo latinoamericano, son los que no señalan el camino a seguir. Hay que continuar, apostar y no perder la esperanza ni la alegría en medio de la lucha que a veces puede ser muy dolorosa. Creo que lo que nutre estás luchas es la alegría, nuestra espiritualidad y la esperanza por un mundo mejor, más justo y más humano (JM/DdC/MC).