Hace once meses el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio encargó a Gina Benavides Llerena la Defensoría del Pueblo hasta designar a la autoridad definitiva. Este periodo de transición a cargo de Gina Benavides abogada, académica y activista de los derechos humanos y de la naturaleza, permitió a la sociedad civil confiar nuevamente en aquel espacio que se había implementado en el Ecuador en 1996.
Gina Benavides no sólo es la primera mujer en ocupar el cargo de defensora del Pueblo; también fue una de las primeras intelectuales en promover la creación de esta institución, entre los años de 1994 – 1996, junto con el doctor Julio César Trujillo y otras personas y organizaciones, luego de trabajar con víctimas de graves violaciones de derechos humanos vieron la imperiosa necesidad de instaurar en el Ecuador. Durante estos once meses Gina Benavides junto con su equipo de trabajo logró posesionar nuevamente el enfoque de derechos humanos y de la naturaleza en los casos que acompañó la institución mediante el uso de los diferentes mecanismos de protección. Es así, que en este corto periodo logró garantizar el derecho a la soberanía alimentaria mediante la acción de protección sobre transgénicos; se pronunció y exigió el respeto de los derechos de las personas migrantes de nacionalidad venezolana mediante la solicitud de medidas cautelares frente a la exigibilidad de pasaporte y antecedentes penales apostillados; se volvió a visibilizar la situación que atraviesan el sistema penitenciario en el Ecuador; el Mecanismo de prevención contra la Tortura se activó nuevamente articulándose con la sociedad civil; se instituyó el reconocimiento a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos; participó activamente en acciones y propuesta de ley en materia de personas desaparecidas; no se puede dejar a un lado el trabajo constante que la Defensoría de Pueblo transitoria junto con su equipo ha realizado en la defensa de los derechos de las mujeres especialmente frente a los femicidios y la despenalización del aborto por violación; así como también la reforma a la Ley Orgánica de la Defensoría del Pueblo entre otros. La lista de acciones que realizó Gina Benavides y su equipo por la defensa de los derechos humanos y de la naturaleza fueron amplias y por eso siempre la recordaremos como el gran legado que nos ha dejado al país.
La Defensoría de Pueblo transitoria a cargo de Gina Benavides nunca cedió al poder político ni económico, siempre mantuvo su postura garantista y de protección de los derechos humanos y de la naturaleza. Podemos sostener y afirmar que su trabajo siempre fue oportuno y eficiente y nunca se doblegó ante ninguna postura política. Finalmente, el trabajo de Gina Benavides y su equipo nos deja ejemplo de tenacidad y lucha incansable en la defensa de los derechos humanos.
Queda un gran reto para el actual Defensor del Pueblo.
INREDH