El perito psicólogo Ítalo Rojas fue el testigo número 23 que llamó la fiscal de género Mayra Soria para el segundo día de la audiencia de juzgamiento por el delito de secuestro extorsivo con resultado de muerte de Juliana Campoverde.
Ayer, 3 de julio de 2019, la audiencia pública de juzgamiento se instaló en la sala 208 del Complejo Judicial Norte con la presencia del procesado Jonathan C. que viste de chompa color naranja, Elizabeth Rodríguez y Absalón Campoverde, padres de Juliana; y los abogados de la partes.
La audiencia arrancó cerca de las 13:30, del 3 de julio de 2019, con el informe del perito que realizó un estudio psicológico de Juliana Campoverde para lo cual entrevistó los familiares de Juliana, leyó versiones del expediente y capturas de pantallas de texto. Además, entrevistó a Jonathan C., pastor de jóvenes de la Iglesia Evangélica Oasis de Esperanza; Patricio C. pastor principal de esta Iglesia; Israel C. y a Andrea R., esposa de Jonathan C., quienes presentaron a Juliana con una imagen ambigua, voluble que provenía de una familia disfuncional por el divorcio de sus padres y que ella era conflictiva.
Tras analizar la información, el perito determinó que Juliana Campoverde “fue víctima de una relación abusiva, de amenazas y de un proceso de manipulación, mentiras, engaños instrumentalizado, además de la sumisión a través del temor de Dios, para lograr dichos fines manipulación en la vida de Juliana por parte Jonathan C., que de una manera perversa se valió de un perfil falso para manipularla.
Operaba como una secta que paulatinamente a la víctima la iba alejando de su mundo, desacreditaba a las personas que se le acercaban y aprovechó su fanatismo religioso para infundir sentimientos de miedo”. Además, aseguró que Jonathan C. tenía un soterrado deseo sexual por Juliana mezclado por odio y rabia.
Por lo tanto, en su informe del 16 de septiembre de 2013, concluyó que tenía “la convicción de que Juliana había sido asesinada o estaba en algún lugar en contra de su voluntad”. En su informe de ampliación solicitado en el año 2014, la Fiscalía añadió 500 hojas de una conversación de Facebook, con esta información el perito, asegura que se reconfirmó su hipótesis sobre Juliana y la responsabilidad de Jonathan C.
Además, dijo que en el chat se verificó mensajes bíblicos de amenazas contra Juliana o frases como “el que se va de la Iglesia se muere” escrito por el perfil falso de Facebook de Juan Solano creado por Jonathan C.
Para Elizabeth Rodríguez, madre de Juliana Campoverde, la Fiscalía y los policías no investigaron de forma diligente. “Han pasado 7 años y recién llaman a juicio a Jonathan C. cuando ya debió devolverme a mi hija y ser sentenciado”.
Por el caso de Juliana Campoverde han pasado 11 fiscales. Absalón Campoverde en su testimonio dijo que una fiscal le dijo: «preparense porque van hacer abuelitos cuando desapareció Juliana». También la primera fiscal del caso, Ligia Villacrés, no investigó a los pastores porque dijo: «cómo van a investigar a los pastores sí son cristainaos evangélicos».
¿Una persona puede morir tras una caída?
Esa fue la pregunta que Fiscalía le realizó al médico legal forense Luis Guaico Pazmiño para que realice un peritaje sobre el caso Juliana Campoverde donde Jonathan C. , dijo: “me defendí para evitar que (Juliana) continué agrediéndome, cogí sus manos, tomé el brazo, le puse las manos en sus hombros y apreté el cuello, en ese forcejeo, tras dar un paso atrás no se percató y cayó. Dándose un golpe seco en la cabeza”.
El perito inició su intervención diciendo que el peritaje se realizó sobre el perfil de una persona de 1.65 m, 65 kilos de peso y de 16 años aproximadamente que tuvo una caída en una grada.
Señaló que existen cuatro tipos de caídas y que está se enmarcaría en una caída simple por perdida de equilibrio más acción de la gravedad lo cual podría haber ocasionado una equimosis, escoriaciones y fracturas, pero no podría comprometerse la vida de la persona. Lo que le permitió concluir que la muerte de la víctima en este caso ocurrió antes de la caída.
Pastores fueron llamados a testificar
Dos pastores de la iglesia evangélica fueron llamados como testigos a esta audiencia, sin embargo sus respuestas fueron esquivas y no serias por lo cual recibieron un llamado de atención de la jueza Sara Costales.
En su intervención Vicente Muñoz, representante legal de la Iglesia Cuadrangular, dijo que los únicos pastores de la Iglesia Evangélica Oasis de Esperanza oficiales son Patricio C. y su esposa. Además, tras un intenso interrogatorio confirmó que en la Iglesia Cuadrangular de la cual es parte la Iglesia Oasis de Esperanza no existe el sigilo de confesión.
En las primeras versiones, Jonathan C. dijo a Fiscalía que no informó que Juliana lo visitó el 9 de julio de 2012, dos días después de su desaparición, porque el sigilo de confesión como pastor lo prohibía.
El segundo pastor que testifico fue Estuardo López, de la Confraternidad Evangélica Ecuatoriana, que informó que Jonathan C. no pertenece a la Confraternidad y que no existe el sigilo de confesión en la iglesia evangélica.
También el abogado Alex Mora, que laboraba el año anterior en el Ministerio de Justicia, Derechos Humanos y Cultos, dijo que la Iglesia Oasis de Esperanza no está registrada en la base de datos de organizaciones religiosas que tiene el Ministerio. Precisó que en el 2014 recibió una petición de registro de Oasis of Hope que en español quiere decir Oasis de Esperanza, pero que no fue aceptada porque uno de sus representantes del directorio estaba en un proceso de investigación por la desaparición de Juliana Campoverde.
Hoy, 4 de julio de 2019, la audiencia se reanuda a las 15:00, en la sala 208 del Complejo Judicial Norte.
Día I