*Nicoll Espinoza
La discriminación y homofobia en Ecuador son llagas de la memoria, inscritas en los cuerpos distintos que recorren nuestros sentidos reducidos a simples números.
Ecuador despenalizó la homosexualidad en 1997, un momento histórico donde las personas del colectivo trans fueron las principales protagonistas. En una época convulsa, caracterizada por la incertidumbre política, la violencia, la represión y la violación de derechos humanos normalizada y sistemática, recordar es, de por sí, un acto político.
Así también, en nuestro acto de recordar, nombramos otra fecha importante que es el 20 de noviembre, en la cual recordamos la lucha y memoria de las personas transgénero, transexuales y género fluido, también llamada “día de la remembranza trans”. La celebración surge de una velada realizada tras el asesinato de Rita Hester, una activista trans de Massachusetts, a quien apuñalaron en 1998 (Consejo Nacional para la Igualdad de Género, 2023).
La penalización de la homosexualidad y el bar Abanicos
Gabriel García Moreno, ex presidente del Ecuador, inscribió en el Código Penal como delito la homosexualidad en términos de Sodomía en 1871. García Moreno es un ícono de conservadurismo relacionado profundamente a la iglesia como institución, a quien le otorga en su mandato gran poder político y, por ende, fuerte influencia en la sociedad ecuatoriana. Sus leyes, pensamiento discriminativos y demonológicos se internalizarían con tanta fuerza en el psiquismo de la gente que, incluso, continúan vigentes hasta nuestros días (Chimbo, 2023).
En la noche del 14 de junio de 1997, una redada rutinaria en el bar Abanicos, sitio de encuentro de la comunidad gay en la ciudad de Cuenca, cambiaría la vida de muchas personas y se convertiría en el detonante para la organización de las disidencias de aquel entonces.
La noche era el único momento del día que sentían propio. La sociedad, sus prejuicios y sus leyes discriminatorias les habían confinado a la oscuridad. Ese día, policías irrumpieron en el bar, mientras se realizaba la fiesta y elección del Reinado Gay, y detuvieron a varias personas bajo el argumento de “alteración del orden”, pero en realidad era por el hecho de que hombres se travestían de mujeres o por muestras de afecto públicas entre persona del mismo sexo.
La persecución, redadas y violación a los derechos humanos eran actividades sistemáticas y normalizadas por los agentes policiales, especialmente, en el gobierno de León Febres-Cordero. Bajo la premisa de velar por la seguridad nacional, en este gobierno se cometieron un sinfín de atrocidades. En estas redadas que se realizaban en la noche se obligaban a las personas trans y a cualquier persona que pudiera parecer “sospechosa” a subirse a las famosas camionetas azules que eran financiadas desde el ámbito privado. Entre las actividades más comunes para torturar era llevarlas al río, ahogarlas, violarlas y golpearlas, simular su muerte, entre otras. Todo esto, mientras la figura presidencial aparecía en los medios como alguien de personalidad fuerte que estaba combatiendo la delincuencia y la inseguridad (Mancero, 2007).
Este acontecimiento en el bar Abanicos se conoce como el inicio de la resistencia LGBTIQ+, donde las personas trans y quienes eran dueños y dueñas de establecimientos se opusieron a la violencia que ejercían sobre sus cuerpos patologizados y violentados sistemáticamente. 14 personas fueron apresadas aquella noche, lo que motivó a la formación de organizaciones sociales, que iniciaron con la recolección de firmas y plantearon una reforma constitucional, siendo “Coccinelle” uno de los colectivos trans con mayor incidencia social en ese momento en el Ecuador.
Coccinelle, otras organizaciones sociales y personas de las demás disidencias sexo genéricas que se sumaron al movimiento por la despenalización se tomaron la Plaza Grande de manera pacífica para protestar por la represión, la persecución y por su objetivo político claro: la despenalización de la homosexualidad.
Tras sufrir una serie de atropellos a lo largo de los procesos de incidencia, los resultados no se dieron sino hasta el 25 de noviembre de 1997 cuando la homosexualidad deja de ser un delito (Chimbo, 2023). Las defensoras y precursoras de los derechos de las personas transgénero -ahora adultas mayores-, integran la organización “Nueva Coccinelle”, la cual exige justicia al Estado ecuatoriano para que responda por los crímenes de lesa humanidad que se realizaron desde los 80 hasta los 2000 por las fuerzas del orden en contra de personas de las diversidades sexo genéricas. A este punto, quedan pocas sobrevivientes, ¡al resto las han matado!
La teoría de la Identidad Social
Al conmemorar este día es inevitable pensar cómo fue y siguen siendo posibles actos deshumanos, violentos y crueles. Para dar respuesta, Henri Tajfel propuso en 1981 la Teoría de la Identidad Social donde se explica que la construcción de la personalidad y la satisfacción social se crean en grupo. Tajfel plantea que fenómenos como la discriminación, la deshumanización y exclusión parten de tres momentos cognitivos:
Categorización social: clasificar a las personas según categorías implícitas como la etnia, la edad, el nivel económico, etc., dotando de cualidades negativas y positivas a estos grupos delimitados.
Identificación social: luego de que ya se han hecho los grupos y se ha clasificado a las personas de nuestro alrededor identificamos a qué grupo pertenecemos, un ejemplo claro es la religión, adoptamos sus valores y actuamos en concordancia con ellos internalizándonos profundamente y defendiéndolos a cualquier costo.
Comparación social: momento en que atribuimos cualidades exageradamente positivas al grupo que pertenecemos mientras que atribuimos características negativas a todas las personas que no forman parte de mi grupo (caracterizado por un estatus, el nivel de conocimiento o la propiedad privada) que nos hacen creer que somos superiores a los demás (Scandroglio, López Martínez Y San José Sebastián, 2008).
Y es en la comparación social donde se origina el prejuicio. Tajfel menciona que todo aquello que las otras personas hacen y mi grupo no, se lo asume como algo malo (inmoral). Estos tres momentos cognitivos que se generan en masa son los mecanismos de perpetuación de la violencia y el estigma. Es posible apreciar el proceso cuando líderes políticos, personas homofóbicas, la iglesia y demás crearon una idea distorsionada del colectivo trans, le atribuyeron características inmorales, le asociaron con la delincuencia. La prensa, por su parte, difundió estas ideas y el resto de las personas las internalizó como algo que se opone a sus propias individuales, justificando la violencia y la injusticia.
Si pensamos en las conquistas alcanzadas hasta la actualidad podemos reconocer un gran avance en leyes, aspectos de género y derechos, sin embargo, algunos mecanismos de discriminación y rechazo a las diferencias, como los pensamientos heredados, creencias religiosas internalizadas, la ausencia de educación sexual integral y accesible, la poca incorporación de la academia en la comunidad y la nula voluntad política por promover los derechos de las diversidades, continúan vigentes. Actualmente, las violencias y discriminaciones son más disimuladas, pero existen.
En este contexto, podríamos plantearnos infinidad de preguntas: ¿Cuántos recuerdos no desearían borrar las personas violentadas en nuestro país? ¿Quién se hace cargo de la violencia estatal? ¿Quién se preocupa por las víctimas? ¿Para qué sirve recordar? La memoria es un derecho humano que engloba dos momentos: recordar y olvidar. Conmemorar tiene un objetivo profundamente social, repara a las víctimas reconociendo su dolor, garantiza que la violencia no se desvanezca en la impunidad y, además, garantiza que todo el sufrimiento experimentado por las víctimas no se vuelva a repetir nunca más. Recordar es un proceso activo; recordar es, entonces, construir el presente.
Bibliografía
Consejo Nacional para la Igualdad de Género. (2023). 20 de noviembre | Día Internacional de la Memoria Trans. (Portal web). https://www.igualdadgenero.gob.ec/20-de-noviembre-dia-internacional-de-la-memoria-trans/
Chimbo, J. (2023). Memoria y visibilidad de la lucha trans’ Análisis de archivos fotográficos de los años 90. Caso Coccinelle. (Tesis de maestría). Repositorio de la Universidad Andina Simón Bolívar. https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/9205/1/T4034-MGC-Chimbo-Memoria.pdf
Scandroglio, B., López Martínez, J., y San José Sebastián, M. (2008). La Teoría de la Identidad Social: una síntesis crítica de sus fundamentos, evidencias y controversias. Revista Psicothema, 20 (1). https://www.redalyc.org/pdf/727/72720112.pdf
Mancero, C. (2007). La construcción del movimiento gay y sus manifestaciones sociales, culturales, y políticas en la ciudad de Quito. (Tesis). Facultad Latinoamericana De Ciencias Sociales FLACSO. https://web.archive.org/web/20200710112216/http://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/489/4/TFLACSO-2007CMV.pdf
*Nicoll de los Ángeles Espinoza Gavilánez
Estudiante de Psicología Clínica de la Universidad Central del Ecuador. Me apasiona la lectura, la historia, el enfoque comunitario, el feminismo y la expresión social. Actualmente soy voluntaria de la Fundación Inredh en el área de Fortalecimiento.