Este 28 de abril de 2018, se cumple 6 años de la desaparición de la joven colombiana Stephany Carolina Garzón Ardila que fue vista por última vez el 28 de abril de 2012, en el sector de Paluco – Monjas, al sur oriente de la ciudad de Quito.
La desaparición de Carolina fue notificada cuatro días después, el 1 de Mayo, a su familia. Sebastián Atehortúa, compañero de casa, envió un correo electrónico al padre de Carolina, Walter Garzón, para comunicarle lo ocurrido.
Era la cuarta vez, que la joven de 22 años visitaba el Ecuador. Esta vez cruzó la frontera el 19 de marzo e ingresó al país por la ciudad de Lago Agrio. El 20 de ese mes llegó a Quito al concierto de Calle 13 y Manu chau en el Estadio Olímpico Atahualpa.
Tres meses estaría en Ecuador, pues tenía vacaciones por unas reformas académicas que se realizaban en su carrera de Licenciatura básica con énfasis en Educación Artística, en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá. Carolina, desde el 2009, en cada período de vacaciones viajaba y le encantaba salir y conocer otras realidades. Viajó por Bolivia, Perú y Ecuador.
Seis años después, su familia desconoce su paradero o pista alguna sobre qué le pudo suceder a la joven. Por la falta de respuesta del Estado colombiano y ecuatoriano, su padre Walter Garzón cayó en una profunda depresión y falleció el 12 de septiembre de 2016, en la ciudad de Bogotá.
Hoy, 27 de abril de 2018, sus familiares y amigos realizaron un plantón en los exteriores del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, en la ciudad de Bogotá. El objetivo: solicitar celeridad en el proceso de investigación de la desaparición de Carolina Garzón.
Alix Ardila, madre de Carolina, entregó una carta a esta entidad cuestionando la labor del Estado colombiano y ecuatoriano. Al primero, por obstaculizar durante dos años las investigaciones, ya que demoró la entrega de las evidencias y perdió la cámara fotográfica que se encontraba bajo cadena de custodia. En la cámara estaban los últimos momentos que registró Carolina. Mientras, que Ecuador seis años después no tiene ninguna hipótesis sobre el paradero de la joven.
“Responsabilizó al Estado de Ecuador y Colombia por la desaparición de mi hija y exijo verdad y justicia para encontrarla – dijo Ardila. Los Estados no puedes seguir actuando de forma negligente e inoperante”.
Criterio similar tiene, Gabriela Flores, asesora de la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inred), que dijo: “la investigación por la desaparición de Carolina ha estado plagada de deficiencias. La Fiscalía ha mantenido el caso en indagación previa durante los últimos 6 años, sin arrojar una teoría ni obtener evidencia alguna – dice Flores -. Esto se debe, en gran parte, a que las diligencias practicadas han sido insuficientes, lentas y repetitivas”.
Aseguró, que la última diligencia practicada en el caso tuvo lugar el pasado noviembre de 2017 (hace casi 6 meses) y consistió en la realización de un barrido en el barrio Paluco, sector Monjas por séptima vez consecutiva, lo cual ya resulta inoficioso.
El tratamiento negligente dado a este caso por parte del sistema judicial, desgraciadamente, es el mismo que reciben sistemáticamente los casos de desaparecidos en el Ecuador. Ello constituye una grave violación a los derechos a la tutela judicial efectiva, imparcial y expedita (Art. 75 CE), las garantías básicas del debido proceso (Art. 76 CE), la reparación integral y, sobre todo, el derecho a la verdad (Art. 78 CE). Todo ello es especialmente grave, si consideramos el dolor y la agravada lesividad que los casos de desaparición ocasionan sobre las familias, concluye Flores.
Plantón en los exteriores del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia. Fotos: Asfadec
Alix Ardila, madre de Carolina Garzón, responsabiliza a los dos Estado de la desaparición de su hija. Fotos: Asfadec
Walter Garzón viajó al Ecuador para buscar a su hija desaparecida. Hace dos años falleció tras caer en una profunda depresión. Fotos: Asfadec