Alexandra Almeida / Acción Ecológica |
06/03/2009 |
Se les advirtió: derrame del OCP confirma que no existe tecnología segura |
Al enterarnos la semana pasada de la noticia del derrame de aproximadamente 14.000 barriles de crudo pesado del OCP en la parroquia Santa Rosa, provincia de Napo, fue inevitable que venga a nuestra memoria las maravillas y bondades que el Consorcio ofreció hace apenas 5 años cuando construyó el oleoducto.
Durante la construcción nos cansamos de oír famosas frases como “Usaremos Tecnología de punta”, “No hay riesgo porque el tubo va enterrado” “Todas las poblaciones de la ruta serán beneficiadas” y específicamente sobre el diseño y nueva tecnología aplicada en la construcción decían:
“El acero usado cumple con las normas internacionales cuenta con alta elasticidad y flexibilidad (mayor que el SOTE). Eso permite disminuir el riesgo de la ruptura de la tubería frente a ciertos movimientos sísmicos”
“La corrosión de la tubería está controlada, por medio de un revestimiento exterior especial y un sistema eléctrico de protección catódica”
“A los espesores de tubería calculados para soportar las presiones de operación más desfavorables, se les ha añadido un adicional del 5% de acero para prevenir el desgaste y la corrosión de las paredes de la tubería durante la vida del sistema.”
“Previo a la puesta en operación de la tubería, se realiza una prueba hidrostática que la somete a una presión no menor a 1.25 veces su presión de diseño”
“El espesor de la tubería está calculado para soportar, al mismo tiempo, los esfuerzos producto de la presión máxima de operación y aquellos inducidos a la tubería por acciones sísmicas”
“A más de la certeza de haber instalado el oleoducto en terrenos estables que garantizan la seguridad de la obra, el oleoducto cuenta con 64 válvulas de línea integradas al sistema de control y monitoreo (SCADA) que funciona a través de un sistema de fibra óptica o de ser necesario de un enlace satelital”
Con todas estas maravillas tecnológicas, la empresa OCP logró convencer a la opinión pública nacional y reconfirmar el convencimiento previo de las autoridades de esa época, de que ese oleoducto nunca iba a sufrir percances de ningún tipo, ya que para todo tenían respuestas de alta tecnología.
Si todo lo que proclamaban hubiera sido verdad, cómo se explica entonces que haya ocurrido este derrame? La versión de OCP es que la causa fue «un fenómeno natural, que causó un esfuerzo extremo en una
tubería» Suena bien, pero porque se rompió la tubería que se supone estaba construida a prueba de cualquier esfuerzo extremo? OCP dice que el fenómeno natural fue un movimiento sísmico, el mismo que ninguno de los pobladores locales lo sintieron, pero que además el tubo también estaba construido a prueba de movimientos sísmicos. Y nos preguntamos además si un movimiento sísmico puede provocar una ruptura de 5 por 10 cm tipo “caliche”?
Es importante analizar el momento en que se “descubre” el derrame y quién lo hace ya que esa era otra de las fabulosas ofertas de OCP, “tecnología avanzada para detectar fugas” Según la empresa lo detectaron por la descompensación de la presión en el ducto a las 8H51 del miércoles 25 de enero. Sin embargo, según las familias moradoras del lugar, el miércoles a las 7 de la mañana, mientras ordeñaban las vacas, fueron testigos de como salía un flujo de petróleo desde la tierra y se vertía en un pequeño estero que pasa por el potrero y que a unos 300 metros desemboca en el río Santa Rosa.
Los moradores afirman que la empresa OCP, no estuvo preparada y no contaba con ningún Plan de emergencia, ya que no sabía qué hacer, no contaban con los equipos ni las maquinas necesarias; fue Petroecuador quien tuvo que prestar apoyo y las medidas de contingencia. La reacción de la empresa en el lugar del derrame se dio a las 11H00.
Entonces la pregunta es ¿Cuándo ocurrió realmente la ruptura del tubo, cuánto tiempo tuvo que pasar para que se hayan derramado 14.000 barriles por un orificio de 5×10 cm? Por qué la empresa con su tecnología detectó la baja de presión después de que el derrame era físicamente visible?
Nos preguntamos también quién nos va a responder estas preguntas? Ahora la empresa vuelve a ofrecer alta tecnología en las labores de limpieza y recolección del crudo vertido. Quién va a controlar esto?
Este derrame como todos los derrames de crudo provocan impactos irreversibles a los ecosistemas, más aún en zonas frágiles como el cantón El Chaco donde se ubican dos áreas protegidas: la reserva Cayambe Coca y la reserva de la biósfera Sumaco. Este derrame ha afectado importantes cuerpos de agua como los Ríos Santa Rosa, Quijos, El Salado, y el Río Coca que luego desemboca en el Río Napo. Las sustancias que contiene el petróleo como hidrocarburos, metales pesados y minerales son sumamente tóxicas para el medio ambiente y para la salud de la población. La mayoría de estas sustancias tienen la propiedad de bioacumularse, es decir que estos compuestos nocivos se acumulan en los tejidos vivos y de esa manera llegan al ser humano.
Un río afectado por un derrame de crudo pierde toda su capacidad de sostener flora y fauna acuática, muchas de las sustancias que contiene el crudo se depositan en los sedimentos y son de difícil degradación. Se calcula que metales pesados como el vanadio, responsable de ocasionar daños en el material genético de plantas, animales y humanos, puede permanecer en los sedimentos de los ríos por lo menos unos 10 años.
No es aconsejable que después de un derrame de crudo en un cuerpo de agua, la población vuelva a utilizar esta fuente sin antes hacer un monitoreo profundo que demuestre que ya no existen indicios de contaminación con metales pesados e hidrocarburos policíclicos aromáticos y para esto se necesita mucho tiempo. Sin embargo la empresa OCP ha ofrecido descontaminar la zona en 3 meses.
Lo que OCP si ha asegurado es la reparación del oleoducto para que pueda seguir transportando el petróleo en 5 días. Siempre se repite lo mismo, la prioridad es restablecer el ingreso económico que se deja de percibir, el resto puede esperar o nunca restablecerse, ya tenemos esa experiencia con los derrames que casi a diario se producen en los campos petroleros de la Amazonía. Y otro aspecto que se repite es la inmediata militarización del sitio del derrame para evitar que se monitoree los hechos y de esta manera sólo la empresa causante del incidente puede dar las respectivas versiones de lo que realmente pasó.
Otros impactos provocados por este derrame son la pérdida d
e cultivos como el tomate, naranjilla, pasto para el ganado, etc. Se trata de un sector ganadero que ahora se encuentra sin agua segura para realizar esta actividad, la empresa OCP ha ofrecido a las familias afectadas bebederos para el ganado pero les ha advertido que no va a indemnizar, sin explicarles las razones ya que lo obvio es que cuando una empresa provoca un daño debe repararlo e indemnizarlo.
Otras pérdidas reportadas son afectación animales domésticos, ganado y la muerte de las especies acuáticas de los ríos contaminados los cuales eran aprovechados por la población local, especialmente truchas. Además está la afectación a sitios turísticos como la Cascada de San Rafael y el propio Río Santa Rosa considerado uno de los mejores ríos del mundo para practicar el Rafting.
Los impactos a la salud de la población local todavía no se manifiestan pero es conocido que las sustancias contaminantes del petróleo afectan a la salud humana. Los moradores refieren que el fuerte olor que desprendía el crudo provocó en algunos malestares y dolores de cabeza.
No se ha anunciado cuál será la empresa remediadora que haga el trabajo pero según versiones locales ya hay como cuatro “revoloteando” alrededor para acceder a la licitación. Lo que si han prometido es utilizar mano de obra local para la limpieza. ¿Será que OCP estaba contando con esta mano de obra, en limpiezas de derrames, cuando al inicio de la construcción ofreció más puestos de trabajo de los que realmente dio en esa época?
Con todo esto nos queda claro que este derrame ha causado graves daños al ecosistema y a la población local los cuales no se debe permitir de ninguna manera que queden en la impunidad, así como quedo la responsabilidad de OCP en el derrame de Papallacta de abril del 2003 y de los otros cuatro derrames que registró la empresa durante el período de construcción.
Y otro aspecto que nos queda más claro aún es que la famosa tecnología de punta no existe, que actividades como la petrolera o minera siempre causan daños sociales y ambientales irreparables. Cuando se iba a construir el OCP advertimos de los impactos que se iban a provocar, dijimos que esa obra no era necesaria pues el país no contaba con las suficientes reservas de crudo pesado para llenar el oleoducto. Ahora después de 5 años estamos viendo como este oleoducto que realmente transporta la tercera parte de su capacidad ha provocado un desastre ambiental en la zona de El Chaco.
Ojalá esta desgracia nos sirva al país para abrir los ojos y mirar en otra dirección, ya es hora de que cambiemos el modelo económico basado en la explotación de recursos naturales que por una parte son no renovables y se agotarán en poco tiempo y por otra causan daños ambientales que casi siempre son ignorados y no reparados y los consecuentes daños sociales que afectan a la población más vulnerable del país.
Alexandra Almeida
CI 170867325-4
Equipo Monitoreo
Acción Ecológica
Quito 2 de marzo del 2008