Al iniciar la quinta semana de confinamiento, desde la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (INREDH) manifestamos nuestra preocupación por el alto índice de contagios que se registra entre el personal médico, agentes policiales y miembros de las Fuerzas Armadas.
No es posible que quienes están empeñados en salvar vidas y evitar la expansión del contagio sean los primeros en contagiarse. Esta situación no puede explicarse por una indisciplina del personal médico, policial y militar ni por ausencia de conocimiento sobre los vectores de contagio. No es posible aceptar que el significativo número de muertes que se registra entre personal de salud, policías y militares se deba a la indisciplina o al desconocimiento.
Recordamos al Estado ecuatoriano que es su obligación facilitar todos los insumos para precautelar la salud y, por consiguiente, garantizar los derechos de las y los trabajadores de la salud como los de toda la población.
Según el Ministerio de Salud 1600 personas del área de salud se encuentran contagiadas por el virus; aunque esta cifra fue modificada un día después. También el Ministerio de Defensa y del Interior informó que 248 policías y militares fueron contagiados por el Covid – 19.
Esta situación lo pudimos observar en los recorridos que hemos realizado por diversos puntos de las ciudades entregando víveres a personas en situación de vulnerabilidad, hemos podido constatar como los agentes de control no tienen los implementos necesarios para su protección o los que tienen no son los adecuados. Por otra parte, en redes sociales y medios de comunicación vemos las denuncias que hacen miembros del personal de salud sobre la ausencia de kits de seguridad, por lo que rechazamos la explicación que da el ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos afirmando que el personal médico contagiado adquirió el virus fuera de los hospitales.
Exigimos categóricamente al gobierno que dote al personal médico y al de control policial y militar de los implementos adecuados y necesarios para su seguridad; además, que se implementan medidas efectivas para que el personal médico pueda rotar y descansar, pues a más de no tener los elementos de bioseguridad básicos, no poder salvar el número de vidas deseado, ver a compañeros morir y mantener un temor latente a contagiarse, deban también someterse a jornadas extenuantes de trabajo por días seguidos.
Solo los aplausos y felicitaciones no van a salvar sus vidas. Al final de esta pandemia queremos contar historias de héroes y heroínas y no con historias de muertes que pudieron evitarse.
Quito, 14 de abril de 2020
Consejo Directivo de INREDH