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Las organizaciones y personas que apoyamos la lucha para saber la verdad sobre la desaparición de Juliana Campoverde y lograr sanción a los responsables, nos pronunciamos ante la posición asumida por la Confraternidad Evangélica que cuestiona el cierre de la Iglesia Oasis de Esperanza, escenario en el cual se cristalizaron el acoso y agresión sistemática sobre Juliana Campoverde con lo siguiente:
- No es verdad que la Confraternidad Evangélica haya mostrado preocupación, y menos solidaridad, con la lucha de la familia Campoverde – Rodríguez para saber qué pasó con su hija. La Confraternidad Evangélica se silenció por más de seis años y solo se pronunciaron cuando se los increpó en redes sociales y en medios de comunicación; incluso fue necesario realizar un para forzarlos a hacer un ambiguo pronunciamiento en el que se solidariza con la familia de Juliana, pero aclara que .
- A pesar que en el comunicado publicado luego de las protestas en su contra, se comprometieron a acompañar a la familia Campoverde – Rodríguez, ni siquiera en el juicio en el que sus directivos fueron llamados a testificar, fueron claros en su posición y manifestaron “no conocer a Elizabeth Rodríguez, más allá de lo publicado en medios de comunicación”.
- Hacemos nuestras las palabras de Elizabeth Rodríguez, quien manifiesta: “Es ruin y lamentable que les preocupe el cierre de un negocio, en lugar de indignarse por el uso que supuestos pastores hacen de la fe para engañar, violar, asesinar…” Está claro que la Iglesia Oasis de Esperanza, al igual que muchas iglesias de sectas evangélicas o de otras religiones, funcionaba como un negocio familiar, manipulado por falsos pastores.
- Respaldamos la sentencia emitida por el Tribunal de Garantías Penales liderada por la jueza Sara Costales que, por unanimidad, sentenció a 25 años de prisión a Jonathan Carrillo Sánchez por el delito de secuestro extorsivo con resultado de muerte de Juliana Campoverde y, como medida de reparación simbólica, ordena el cierre de la Iglesia Oasis de Esperanza y pide al gobierno hacer un registro de los pastores y líderes religiosos para evitar que entre estos puedan esconderse personas que reproduzcan las acciones realizadas por Jonathan Carrillo.
- Ordenar el cierre del espacio físico de la iglesia no significa una persecución religiosa pues, como la misma Confraternidad Evangélica asegura, las iglesias y los pastores de este credo son independientes; por el contrario, representa una medida de satisfacción que, de manera principal, se encuentra vinculada a la revelación de la verdad y la recuperación de la dignidad de Juliana que por años fue víctima de una estructura de violencia que se perpetró en la Iglesia Oasis de Esperanza a través de sus pastores.
Quito, 22 de julio de 2019
- Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos, INREDH
- Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en el Ecuador, ASFADEC.