Purita Pelayo, activista histórica por los derechos LGBTIQ+ y autora de la obra “Los fantasmas se cabrearon”, denunció que fue víctima de un ataque transfóbico por parte de un grupo de personas mientras se encontraba en una panadería cerca de la oficina de su organización ‘Nueva Coccinelle’, ubicada en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC).
Purita, quien lucha por el reconocimiento de la vulneración del Estado a los grupos trans de la comunidad LGBTIQ+ entre los años 80, 90 y 2000, fue agredida verbal y físicamente la mañana del pasado 24 de febrero del 2022, en una panadería llamada “Delipan” ubicada en las calles Venezuela y Antonio Ante.
En su denuncia, Purita cuenta que “cuando el propietario de la panadería, el señor Enrique J. L, me había dado el vuelto, una mujer de nacionalidad venezolana y presumo era su pareja, comentó algo sobre mí, no escuché todo, pero oí que dijo “él es”.
Entonces, relata Purita “el señor reaccionó de una manera violenta. Salió detrás del mostrador y se abalanzó contra mí, me empujó hasta la puerta de entrada del local y me caí de espaldas. Traté de incorporarme y preguntarle por qué me agredía, pero solo sacó un palo, que parecía la pata de una mesa, y me golpeó varias veces. A la par, este hombre se dirigía a mí con palabras ofensivas que hacían referencia a mi identidad sexo genérica”.
Durante el ataque, Purita recibió golpes en las manos, en el cuerpo, en la cabeza y en el rostro, “yo le dije que pare e intentaba incorporarme, pero me pegaba más”.
Purita se defendió con gas pimienta, lo cual enardeció a varias personas que se encontraban cerca del lugar, los cuales eran motorizados de empresas de pedidos a domicilio cercanos a la esposa de Enrique L. Estas personas también le propinaron golpes.
La activista de 65 años resultó con politraumatismos. Personas cercanas al CAC la llevaron al Centro de Salud del Mercado América. A tres semanas de la agresión aún son visibles las marcas de los golpes en su rostro.
Luego de haberse recuperado medianamente, Purita decidió plantear una denuncia en contra de Enrique L. por la agresión perpetrada en su contra. Este escrito jurídico se presentará, en los próximos días, en la Fiscalía Provincial de Pichincha.
Para Bolaños es importante recalcar el deber de la Fiscalía de realizar una investigación con un enfoque de reivindicación de derechos hacia grupos con identidades sexo genéricas y LGBTIQ+, sobre todo porque estos grupos han sido víctimas de una persecución sistemática, estructural y continua, a través de varios gobiernos y en varias provincias, en razón a su identidad de género, orientación sexual y expresión de género.
Bolaños explica que al ser una agresión con tintes transfóbicos hacia un sector vulnerable, “se pedirá medidas de protección como que no se acerque a la víctima, se emita una boleta de auxilio y que no concurra a los mismos lugares donde se encuentra la víctima. La Fiscalía debería garantizar estas medidas de protección”.
Como Inredh, organización con 28 años de defensa de los derechos humanos, rechazamos enérgicamente la violencia de la cual fue víctima Purita y exigimos al Estado que investigue y lleve a los responsables a la justicia; así como que acelere los procesos de judicialización y reparación integral para las pocas sobrevivientes, víctimas de lesa humanidad.
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La activista trans Purita Pelayo fue agredida por varias personas en Quito
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