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Perdió el ojo por un perdigón

Por Yuli Gaona
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Quito, Ecuador.- Julio César Auquilla es conductor y maneja un taxi. El 8 de octubre de 2019, a eso de las 14:00, salió a las manifestaciones y recibió un impacto que afectó su ojo. Sus dos hijos pequeños lo esperan en casa.

Testimonio de María Bone, esposa de Julio César
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El 8 de octubre mi esposo vino a una manifestación pacífica porque estaban marchando por la subida de la gasolina. Todo sucedió desde que se impusó el Decreto (883). Mi esposo es conductor, a veces maneja bus, pero tenemos un taxi. Julio esperaba que se derogue ese Decreto y por eso decidió ir a la protesta, también porque venían personas de otras provincias como Chimborazo.
Él estaba por la Av. 6 de Diciembre, cerca del parque El Arbolito, en la subida a la Asamblea Nacional del Ecuador. Él subía con un poco de manifestantes de otras provincias. En ese momento empezaron a disparar (policías y militares) y la gente comenzó a dispersarse, a ir metiéndose, escondiéndose para que no disparasen al resto de personas. Él sólo sintió un disparo que le llegó al ojo, se levantó cuando sintió el disparo, fue caminando y ya no pudo más. Después los paramédicos lo auxiliaron y lo llevaron al Hospital Eugenio Espejo, eso pasó entre las 13:30 y 14:00. Él dice que fueron los militares porque les vio de lejos antes que le disparasen.
Yo me enteré después de una hora. Él cargaba su teléfono y cuando le llevaron al hospital estaba un poquito consciente y le dijo que llamen de su teléfono a un familiar. Él llamó a mi cuñada y ella me avisó lo sucedido. Ahora sigue hospitalizado y ya está ahí 15 días.
El diagnóstico de los doctores fue que él perdió el ojo, le sacaron el ojo porque su ojito por dentro se había reventado por los disparos con perdigones. Le tuvieron que hacer una reconstrucción del huesito que había salido y después le hicieron una cirugía plástica porque el impacto se le llevó un trozo de los párpados.
En el hospital Eugenio Espejo no estamos gastando, yo no tengo trabajo porque ahora tengo que cuidarle a él y no podía ni levantarse. Yo tengo que estar con él.
Yo creo que la ministra Romo es una mentirosa. En ese momento cuando mi esposo estaba en el hospital ella salió por cadena de televisión y sólo decía que eran 4 heridos y no había más. Yo estaba en el hospital cuando mi esposo entró y no eran 4 heridos, en ese ratito cuando yo estaba, por lo menos, habían entrado unos 15 heridos y unos que ni siquiera se sabía si estaban heridos o estaban muertos porque no respondían. El gobierno hace mal en discriminar a la gente pobre, es un gobierno que está actuando mal, que está haciendo mal las cosas, eso es injusto para quienes no tenemos dinero.
Mi esposo ahorita está mal psicológicamente, a veces llora, porque perdió un órgano vital de su cuerpo, y yo le digo que le doy gracias a Dios porque no murió, porque otras personas han muerto en estas manifestaciones. Era una marcha pacífica pero los policías rebasaron con todos, dispararon sin piedad a quema ropa, había hasta francotiradores que disparaban, yo creo que uno de esos le llegó a mi marido.
Yo tengo dos hijos, un niño de 13 años y una niña de 11 años. Ellos están muy tristes porque ya son 15 días que no le ven al papá, yo les digo: él está bien, no se preocupen, ya todo se va a mejorar. Ellos ahorita están en sus escuelas, el uno en el colegio y les digo no se preocupen, papi ya va a venir pronto, oren mucho para que él se recupere, se mejore. Ya va a venir pronto a la casa. Ellos lloran, pero no les puedo decir que no lloren porque es el sentimiento que ellos tienen a su papá. Y les duele también que haya pasado eso. Ellos no saben que su papá perdió el ojo, yo sólo les he dicho que está bien porque de lo contrario se han de poner a llorar más.
De todo esto le hago responsable al gobierno de Lenín Moreno, de todo lo que le pasó a mi esposo porque mi esposo vino a una marcha pacífica, en paz, y nunca pensamos que iba a pasar esto. Él vino por sus derechos también, pero nunca pensamos que los policías o los militares iban a disparar a la gente, a matarle a la gente, no pensamos nunca en eso. Era una protesta pacífica, mas no a matar a gente ni herirla.
Voy a seguir adelante, soy una mujer luchadora, voy a seguir con mi familia. Yo sé que voy a seguir adelante cuidando a mi esposo hasta que él se recupere.

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