Comunicación INREDH |
17/11/2017 |
Caso Francisco Cajigas: la búsqueda de justicia en un laberinto de impunidad |
Francisco Javier Cajigas Botina, joven colombiano de 33 años, residía en un departamento junto a su esposa y su hija menor. El 17 de noviembre de 2015, a pocos metros de ambas, fue interceptado por tres policías entre las calles Flores y Salinas, en el centro de la ciudad de Ibarra, en el norte del país. Francisco fue acusado de haber roto un espejo retrovisor de un vehículo, frente a lo cual se formó un forcejeo por tres agentes de la policía, hasta que una patrulla con otros dos oficiales detuvieron al joven. Esta fue la última vez que se vio a Francisco con vida.
El 30 de noviembre de 2015, la Dirección Nacional de Muertes Violentas (Dinased) localizó el cadáver de Francisco Cajigas, cerca de la laguna de Yaguarcocha, en Imbabura. La noticia fue compartida por el ex ministro del Interior José Serrano, quien confirmó la identidad de la víctima, a través de su cuenta de Twitter. También anunció que se realizará una autopsia para iniciar una investigación.
Tras lo sucedido, las autoridades ecuatorianas iniciaron un proceso de investigación. Sin embargo, cinco meses después, el 20 de mayo del 2016 la familia de Francisco Cajigas descubrió un hecho espantoso. En el cementerio de la ciudad de Pasto en Colombia, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), el equipo de Medicina Legal de Nariño, el antropólogo de la ciudad de Bogotá, el fiscal Jefferson Ibarra – Ecuador, miembros de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) y el representante del Ministerio del Interior- Ecuador informaron que el cuerpo de Francisco no estaba completo, le faltaba el cráneo. Pasó mas de un año y Fiscalía nunca pudo responder por qué la cabeza fue desprendida del cuerpo de Francisco. La familia Cajigas estaba indignada y furiosa, como lo cuenta Carlos Ruiz, hermano de Francisco, cuando se enteró que el médico forense justificó la pérdida del cráneo aduciendo que “se olvidaron el cráneo en un cajón del Centro de Investigaciones de Ciencias Forense de Esmeraldas”.
Fue hasta septiembre del 2017 que la familia de Francisco Cajigas recibió el cráneo por parte de la Fiscalía ecuatoriana, el cráneo inmediatamente fue trasladado a la ciudad de Bogotá para una prueba de ADN, los expertos de la ciudad de Bogotá contactaron a Esmeralda Enrique, cuñada de la víctima, para informar que la prueba de ADN es imposible de realizar, debido a que el cráneo fue lavado con un químico fuerte que alteró su composición (el cráneo podría destruirse por la toma de muestras de ADN o pruebas periciales). Los expertos forenses de Bogotá sugirieron que se realice una prueba morfológica con el cuerpo para determinar su corroboración.
La Familia Botina actualmente sigue dos procesos, uno por el delito de alteración de evidencia contra tres funcionarios del Centro Forense de Esmeraldas; el médico legista y sus dos auxiliares, además de seguir el proceso penal de investigación por la desaparición forzada y ejecución extrajudicial de Francisco.
Dentro del proceso de alteración de evidencia, los familiares de Francisco se encuentran a la espera del oficio que notifique la audiencia de preparatoria y evaluatoria de juicio contra el médico legista y sus dos auxiliares. Esmeralda Enríquez cuñada de la víctima, identificó a esta persona y aseguró que “Fue él mismo quien no permitió que veamos el cuerpo de Francisco”.
Por otro lado, en el proceso por desaparición forzada y ejecución extrajudicial, la familia espera el informe pericial de Colombia por la cooperación internacional que fue solicitado a Fiscalía, para ello, se necesita el informe pericial de la muerte de Francisco y del objeto que lo golpeó y ocasionó su muerte, mismo procedimiento que se ve truncado por el Estado del cráneo.
Esmeralda Enríquez pide al Estado celeridad en el proceso para que se llegue a la verdad y se castigue a los culpables de los dos procesos de desaparición forzada y alteración del cráneo. “Consideramos que estando ya identificados los culpables en cada uno de los delitos es justo que se los procese y paguen por su culpa, sin exponer más a la comunidad porque son miembros de entidades del Estado que ponen en riesgo la vida de otros colombianos y estamos convencidos que el caso de Francisco tiene mucho que ver con la xenofobia por el concepto que nos tienen de los colombianos en Ecuador”.
Carlos Ruiz, hermano de Francisco Cajigas, expresa “Han pasado dos años de lo sucedido con mi hermano, es tan doloroso para nosotros que en dos años, dos años de lucha, de incertidumbre, de zozobra, de un dolor que si bien a veces se aliviana, nunca se va a borrar. Resulta irónico que es más doloroso todavía lo que sucedió después, puesto que no entendemos por qué le hicieron eso y no entendemos cómo los policías que están involucrados, los verdaderos asesinos están libre, es preocupante y doloroso para nosotros, para la sociedad y el Estado. Nos hemos decepcionado de muchas cosas de los mismos procesos lentos, ineficaces, los procesos se dilatan por cualquier situación”.
“La muerte de mi hermano es más dolorosa aún porque a mi hermano lo hemos enterrado una y otra vez… aparte que lo manipularon con el objetivo de ocultar evidencias, queremos que se encuentren a los culpables, así sean médicos forenses, funcionarios públicos, hasta los mismos policías; a pesar de todas las cosas malas que han sucedido, también hemos encontrado personas que han sufrido lo mismo y siguen en la lucha, tenemos la convicción de que tarde o temprano se haga la verdadera justicia”.
Daniel Véjar, abogado de la Fundación Inredh, imputa que el Estado tome con seriedad la investigación y la consecuente judicialización de estos hechos, ya que constituyen una clara grave violación de derechos humanos. El jurista exige que la investigación se respalde en instrumentos internacionales, ya que se debe recordar que el Estado ecuatoriano ya ha sido responsable de graves violaciones de derechos humanos como lo es el caso Zambrano-Vélez o Vázquez-Duran contra Ecuador, exigimos este respaldo tanto en los procesos de Esmeraldas por la manipulación de evidencias, como el de la desaparición forzada en Ibarra
Francisco fue el tercero de cuatro hermanos. Nació el 11 de junio de 1982, en la ciudad de Pasto, en Colombia, Cajigas dejó a dos niños menores en la orfandad, hasta el día de hoy, la familia Cajigas se encuentra en una suerte de dolor tortuoso cada vez que enfrentan diligencias de los procesos a la espera que se de celeridad al caso y sus diligencias que involucran acciones de los dos países.