Inicio Nacional ¿Dónde están los niños Josué, Ismael, Saúl y Steven? Rechazamos la desaparición forzada por perfilamiento racial

¿Dónde están los niños Josué, Ismael, Saúl y Steven? Rechazamos la desaparición forzada por perfilamiento racial

Por Voluntarix
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¿Vamos a seguir ignorando y callando frente la desaparición forzosa de 4 niños? ¿ seguiremos negando el racismo estructural? Este diciembre son los hijos de alguien más, mañana no sabemos, no podemos permitir que haya más víctimas del Estado racista y colonial, hay que hacerle frente a la violencia estatal.

La situación que viven las familias de Ismael, Josué, Saúl y Steve, cuatro niños de Las Malvinas, en un sector empobrecido de Guayaquil, desde el 8 de diciembre de 2024, cuando miembros de la fuerza militar se los llevaron sin justificación, es indignante y dolorosa.  Han exigido al Gobierno respuestas sin éxito; sin embargo, solo 14 días después, frente a la presión mediática existió un pronunciamiento oficial.

Mediante rueda de prensa de 21 de diciembre el Ministro de Defensa Gian Carlo  Loffredo califica el hecho como “desaparición”, acompañado del discurso del Almirante Jaime Vela, Jefe del comando conjunto de las FFAA, quien sostiene “que se descarta cualquier participación de la fuerza pública es hechos posteriores”. Además, de la afirmación de Victor Zárate, Gral. de la Policía Nacional que sostiene que han recibo dos denuncias, la primera por “secuestro” y la segunda por “desaparición involuntaria”.

Ante ello, es preciso recordar que el art. II de la Convención Interamericana sobre la Desaparición de Personas establece que: se considera desaparición forzada a la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, apoyo o aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales.

En esa misma línea, la Corte Interamericana de Derechos Humanos sostiene que “la desaparición forzada conlleva a una privación total del ejercicio de los derechos constitucionales y fundamentales, se trata de un caso de privación arbitraria de libertad que conculca, además, el derecho del detenido a ser llevado sin demora ante un juez y a interponer los recursos adecuados para controlar la legalidad de su arresto”[1] constituyéndose además en palabras de la Corte un “tratamiento cruel e inhumano”[2].

Con lo expuesto, lo vivido por Ismael, Josué, Saúl y Steve configuraría una presunta desaparición forzada, ya que lo último que se conoce de ellos es que fueron golpeados y se los llevaron miembros de las fuerzas armadas. No es potestad de las fuerzas armadas descartar su participación en los hechos, ello lo determina una investigación diligente por parte de la Fiscalía General de Estado, con un especial enfoque de derechos al pertenecer los desaparecidos a un grupo de atención prioritaria y bajo el principio de interés superior del niño.

El gobierno nos está quitando la humanidad, nos está quitando la vida. Negar su participación mediante un pronunciamiento oficial es una burla al dolor de las familias. Este es el resultado de la declaratoria de conflicto armado interno, niñas, niños y adolescentes, perfilados, criminalizados y perseguidos por las instituciones estatales. Las fuerzas armadas se los llevaron, por ende, Josué, Ismael, Saúl y Steven son responsabilidad del estado y de este gobierno.

Inredh como organización que promueve derechos humanos respalda y apoya a las familias que hoy son víctimas de la indolencia estatal. Instamos a Fiscalía a que realice una  investigación diligente e imparcial y exigimos al Estado que nos devuelvan a los cuatro niños de Guayaquil con vida.

 

¿Dónde están los niños Ismael, Josué, Saúl y Steve? ¡Vivos se los llevaron, vivos tienen que volver!

 

Ingrid García Minda

Dirección Ejecutiva INREDH

 

[1] Caso Velásquez Rodriguez, cit., párr. 155.

[2] Caso Velásquez Rodriguez, cit., párr. 156

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