La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y sus organizaciones miembros expresan su máxima preocupación por la realidad de las poblaciones en situación de vulnerabilidad de América Latina en el marco de la pandemia del coronavirus covid-19, debida a las débiles e insuficientes respuestas de los Estados para combatir la propagación del virus en la región y para asegurar que las y los más necesitados cuenten con los recursos suficientes para enfrentar el aislamiento.
Las respuestas estatales para combatir el coronavirus (covid-19) han tenido efectos devastadores en las personas que viven en la pobreza1. Las políticas adoptadas por muchos gobiernos “reflejan una filosofía de darwinismo social que da prioridad a los intereses económicos de los más ricos, mientras que se hace muy poco por los que trabajan duro para proporcionar servicios esenciales o no pueden mantenerse a sí mismos”. Pese a la erogación de enormes paquetes de apoyo financiero, las personas en situación de vulnerabilidad no han sido realmente tenidas en cuenta.
Siendo América Latina el nuevo epicentro del coronavirus, se teme que además de los muertos, haya un aumento flagrante de las desigualdades socioeconómicas perjudicando el bienestar de la población latinoamericana. Esta crisis y las medidas propuestas por los gobiernos vienen a agudizar la vulnerabilidad estructural de parte importante de dicha población la cual es víctima de inseguridad laboral, difícil acceso a la alimentación, al agua, a la salud y a la vivienda. En un contexto de pandemia mundial, pese a que la agudización de la pobreza y el aumento de las desigualdades socioeconómicas parecen ineluctables, es preciso llamar a una movilización transcontinental para que el continente no retroceda en sus avances y logros sociales de las últimas décadas.
La pandemia originada en los últimos meses por el covid-19 está generando una crisis global sin precedentes, poniendo en jaque no sólo los sistemas sanitarios de la mayoría de los países, sino también causando impactos severos en la dinámica social, en la forma de vida de las urbes y, en especial, afectando negativamente los cimientos de la economía, tanto a nivel global como nacional y local. Esta nota busca poner en evidencia la gravedad de la situación actual en el continente y también el grave riesgo de agudización de las desigualdades socioeconómicas y de la pobreza extrema en la región. Por esa razón la presente nota llama a un nuevo pacto social que priorice políticas fiscales más redistributivas, que suspenda la deuda externa y sus intereses, que luche contra la corrupción, y en particular, la que tiene como consecuencia la captura del Estado.
Todo esto para reposicionar la capacidad del Estado de incrementar su inversión social y de tener un sistema de salud universal.
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Frente al covid-19 se necesita un nuevo pacto social en América Latina
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