Inicio Análisis y Coyuntura Del uso de la fuerza al feminicidio o del como el policía se deshumaniza

Del uso de la fuerza al feminicidio o del como el policía se deshumaniza

Por luxor2608
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por Luis Ángel Saavedra
Hemos sostenido que el policía practica en el cuerpo del delincuente, luego esa práctica la traslada al manifestante y finalmente se instala al interior del hogar; así es como el camino de deshumanización del policía está trazado y, con el silencio de las más altas autoridades, puede pasar de matar en la calle a matar en el hogar.
Cuando las autoridades son permisivas con la tortura o la ejecución extrajudicial de un delincuente, y estas acciones además son aplaudidas por la población influenciada por los medios de comunicación, lo que hace es propiciar que el policía se sienta con derecho a torturar y matar; jamás piensa que está actuando al margen de la ley, o si lo piensa, lo justifica con los comentarios de la gente y con la mirada permisiva, y hasta bonachona, de las autoridades.
Hemos afirmado que el policía se capacita en torturar y ejecutar haciendo del cuerpo del delincuente su cuerpo de práctica y esto es beneficioso para quienes ostentan el poder, ya que esa deshumanización del policía es necesaria a la hora de controlar la protesta social, pues el discurso oficial siempre hará del manifestante un nuevo delincuente y el policía lo mirará como tal, por tanto, no tendrá ningún empacho en disparar contra el cuerpo del manifestante o golpearlo, y torturarlo, cuando es detenido; pues, al fin y al cabo, para él será un delincuente más.
Si matar y torturar se convierte en un hábito, esta violencia se puede expresar al interior de la familia o a la hora de querer solucionar sus conflictos familiares: ¿cuánta violencia intrafamiliar existe bajo el silencio o la complicidad de los mandos policiales? Es estremecedor, por ejemplo, recordar como un policía contrató sicarios para que maten a su ex pareja y terminaron asesinando a su hija, solo para evitarse pagar la pensión alimenticia ().
Contemos un caso, solo uno de tantos. Una chica con tres hijos debió soportar años de violencia intrafamiliar a manos de su pareja: un policía. “Me golpeaba tanto que no podía ni levantarme, y en esas condiciones me violaba”, cuenta. Muchas veces intentó poner una denuncia ante los jefes policiales. “Un mayor con el que hablé se sonrió y me dijo: ´sí que le ha dado una buena´, luego me dijo que regrese a casa y que haga caso de las órdenes. Cuando iba al cuartel con los ojos morados, los policías que me miraban se reían, como diciendo de gana viene a quejarse”, recuerda esta mujer, ahora “felizmente divorciada”, como ella misma lo afirma. En el caso de #MariaBelenBernal, doce policías escucharon los gritos de auxilio y son doce los policías que se quedaron impávidos, mostrando la misma displicencia con que el mayor mandó a su casa a la mujer de este testimonio, condenándola a seguir resistiendo las palizas a manos de su esposo policía.
El anuncio presidencial de dar un indulto al policía Olmedo en un evidente caso de uso excesivo de la fuerza, la declaratoria de inocencia dada por un tribunal de justicia en el “Caso Mascarilla”, donde también fue evidente el uso excesivo de la fuerza, solo aviva el sentimiento de impunidad que va creciendo en el policía que se deshumaniza; por ese camino no se podrá tampoco erradicar la violencia intrafamiliar y el feminicidio a manos de policías.
Para colmo, hoy (22/09/2022) una jueza acaba de declarar que no son culpables de nada los policías que detuvieron a Jimmy Ocles porque el hecho de ser afro lo convierte en sospechoso y sujeto de humillación y desprecio, lo que comúnmente podemos catalogar como odio por tener un color de piel diferente. “Hay tantas personas que pasan por esta misma situación y desaparecen. Por suerte estoy bien, porque lo que pasó fue en un lugar público. Me pregunto: ¿Qué pasaba si corría, si oponía resistencia y me disparaban o golpeaban más?” dice Jimmy en su testimonio (). La jueza aduce que, de enjuiciar a tres policías por estos hechos destruiría sus carreras. Por ese camino se seguirá incrementado el sentimiento de impunidad que se está estructurando como parte de la institucionalidad policial.
El ministro Carrillo pide perdón por el feminicidio de #MariaBelenBernal y aduce que es un hecho cometido por un “irracional”. No es irracional el policía Cáceres, él es producto de una institución irracional que busca impunidad para sus crímenes presionando a la justicia para que no juzguen sus excesos, buscando indultos para sus crímenes y tapando la demás porquería que ocurre al interior de las dependencias policiales, pues al fin de cuentas saben que son necesarios para el poder y éste no mirará sus crímenes a cambio de que los sostengan en el poder y puedan reprimir exitosamente cualquier voz disidente.

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