Este martes 26 de marzo de 2024, en el marco del mes de la mujer, se realizó el conversatorio académico ‘Mi vida por encontrarte: alcances de la reparación integral’, para profundizar en el caso de Juliana Campoverde. En el evento participó Elizabeth Rodríguez, madre de Juliana; Catalina Reinoso y Annie Cuji, asesoras legales de la Fundación Inredh; Carlos Reyes, coordinador del Programa Andino de DDHH; y Pablo Campaña, docente de la Facultad de Jurisprudencia de la PUCE.
Elizabeth Rodríguez fue una de las primeras ponentes en intervenir. “Son 4274 días que me encuentro sin mi hija Juliana. Ella era una jovencita de 18 años llena de proyectos, le encantaba la música y quería ir a Argentina para estudiar música. Pero ese sueño fue truncado por los pastores evangélicos de la Iglesia donde toda la familia asistía. Fueron ellos quienes la desaparecieron, manipulándola por medio de la palabra de Dios”, estas fueron las palabras mencionadas por la madre de July.
La parte testimonial fue complementada con la intervención de Annie Cuji, asesora legal de Inredh, quien indicó el papel de las/os abogadas/os en los casos de desapariciones. “Nuestro papel es dar acompañamiento a los familiares. Debemos ser un canal de comunicación para las víctimas”, explicó Cuji. Así pues, cuando existe una vulneración de derechos, se habla de la reparación integral, donde el trabajo del defensor es nunca imponerse ante las víctimas, sino escucharlas para saber cómo se sienten y que es lo que necesitan.
Bajo esta misma lógica, se explicó que existen varias maneras de reparar. Como ejemplo, en el caso de personas desaparecidas, no se han cumplido todas las medidas de reparación, lo que significa que la reparación no es integral y existe un incumplimiento por parte del Estado. Es así que en el caso de Juliana se sigue luchando por el cumplimiento de todas las medidas.
En cuanto al punto de vista psicológico, para el ponente Carlos Reyes fue importante mencionar la atención que deben recibir los familiares de personas desaparecidas. A él le sorprende que el Estado ecuatoriano no ha reconocido las diversas afectaciones en la familia de Juliana, pues en la sentencia de 2019 no hay ninguna alusión a algún tipo de rehabilitación psicológica como medida de reparación.
Reyes indicó que cuando hay desapariciones, además de la persona que experimenta la violencia de primera mano, los familiares se vuelven víctimas indirectas ya que enfrentan la ausencia y desconocimiento constante del paradero de la persona desaparecida. Por eso es importante que quien acompañe a los familiares, empatice con ellos y los comprenda para orientarlos sobre sus necesidades y no cuestionar sus procesos.
Finalmente, Pablo Campaña se refirió a la medida reparatoria de la colocación de la placa en memoria de Juliana. Cabe recalcar que en abril de 2021 se colocó una placa que no se socializó con las víctimas, y luego se presentaron nuevas propuestas de diseño y cotización, pero la Iglesia Cuadrangular del Ecuador no se pronunció. Actualmente no se ha cumplido con esta medida.
Para Campaña, la construcción de memoriales debe realizarse con cuidado, considerando varios aspectos, sobre todo la colocación de imágenes de las personas, ya que deben estar en sitios donde las imágenes no sean vulneradas.
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